Cuando hablamos del despido de un trabajador, hacemos referencia a la extinción del contrato laboral por parte del empleador. El ordenamiento jurídico español reconoce diferentes formas de despido a través del Estatuto de los Trabajadores, concretamente en su artículo 49, y aunque en muchos casos la relación finaliza con el pago de una indemnización al empleado sin necesidad de terceros, en otras es necesaria la presencia de un abogado experto en Derecho Laboral o abogado especialista en despidos.
Aunque el despido de un trabajador de su puesto de trabajo significa, básicamente, que deja de formar parte de la empresa, el origen de esa extinción de contrato puede deberse a diferentes motivos. Así, podemos diferenciar el despido según causas y legalidad:
Según las causas del despido
Despido disciplinario: se encuentra recogido en el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores y hace referencia a la finalización unilateral del contrato por parte del empleador como consecuencia de un incumplimiento grave y culpable del empleado. Según recoge el texto, se considerarán incumplimientos contractuales las faltas de asistencia reiteradas e injustificadas, la indisciplina o desobediencia en el trabajo, las ofensas físicas o verbales al empleador o resto de trabajadores de la empresa, así como la disminución continuada y voluntaria del rendimiento de trabajo.
Despido objetivo: como indica el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores, el despido será objetivo cuando la empresa pueda justificar la falta de necesidad de un empleado por razones técnicas, económicas u organizativas. En cualquiera de esos casos, el trabajador tendrá derecho a recibir el pago de una indemnización y finiquito.
Según la legalidad del despido
Despido procedente: se encuentra amparado por el ordenamiento jurídico español, de manera que sitúa al trabajador en condiciones de poder solicitar la prestación por desempleo. Éste, además, recibirá una indemnización económica equivalente a 20 días de trabajo por cada año que haya estado prestando sus servicios a la empresa.
Despido improcedente: hace referencia a la decisión unilateral del empleador de despedir a uno de sus trabajadores sin atender a las causas o requisitos exigidos por el ordenamiento jurídico. Para que sea efectivo, el empleado deberá impugnar el despido ante el orden social, tras lo cual podrá ser readmitido en la empresa o recibir una compensación económica equivalente al sueldo de 33 días por cada año que haya estado colaborando activamente con la misma.
La Ley busca el amparo de los trabajadores en este tipo de situaciones, en las que deberá estar presente un abogado especialista en despidos o abogado laboralista para que el resultado sea lo más favorable y justo para el trabajador, como aconsejamos desde el despacho de abogados de Granada Emeybe.
Despido nulo: se da en los casos de mayor gravedad y hace referencia a los despidos en los que actúa la discriminación o vulneración de los derechos fundamentales, así como en situaciones protegidas como son las bajas maternales y paternales. Será, por tanto, un despido unilateral del empleador bajo condiciones ilegales que el trabajador deberá impugnar judicialmente. En este caso, la sanción a la empresa será el reingreso del empleado a su puesto, habiéndole pagado todas las mensualidades desde que fue despedido hasta que se le vuelve a ingresar.
Para que un despido sea válido a efectos legales, debe contar con una serie de pasos que comienzan con el preaviso del empleador al empleado en un plazo e 15 días. En caso de que no sea así, la empresa tendrá que compensar al trabajador económicamente por no haber contado con dicho plazo por medio de una carta de despido.
Será, precisamente, en esa carta en la que el empresario alegará los motivos del despido, que el trabajador podrá impugnar ante el orden social por entender que dichos motivos no son realmente por los que se le ha despedido. Llegados a este punto, ambas partes podrán llegar a un acuerdo, o bien recurrir a la vía judicial.
Si el trabajador considera que el despido no atiende a las razones objetivas o disciplinarias por las cuales el empresario ha decidido prescindir de sus servicios, tendrá la opción de recurrir a la vía judicial con la ayuda de un abogado especialista en Derecho Laboral para impugnar el despido.
En primer lugar, será necesario presentar una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC). Este procedimiento tendrá lugar como último intento de llegar a un acuerdo amistoso con la empresa. En este punto concreto, será necesario el asesoramiento de un abogado experto en Derecho Laboral para alcanzar el mejor resultado.
Si este paso finaliza con una negociación entre ambas partes, el proceso terminará aquí. En caso contrario, el trabajador deberá presentar una demanda laboral por despido, esperando acudir a juicio para defender su postura y obtener el despido improcedente.
Desde el despacho de abogados de Granada Emeybe Abogados recomendamos contar siempre con el mejor asesoramiento en Derecho Laboral cuando se va a iniciar una demanda por despido o el trabajador está descontento con el trato que está recibiendo de su empresa. Recuerda que solo con la ayuda de un abogado especialista en despidos podrás maximizar las opciones de encontrar la mejor y más legal solución a un despido.
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